viernes, 2 de mayo de 2008

mis tres amores.

Esta vida es amar.

Amar a lo loco es más cuerdo que contener o permitir que pase un minuto sin amor.

Amar es permitir amor.

En tu ser, en tu sangre, en tu alma, en tu instante.

Amar es permitir amor, amor-amar.

Hay algo qué te olvidas en el amor y es de ti.

Te olvidas de ti en tu yo, escindido en universos poéticos de superación de lo continuo y lo constante por estadios poeticos de embeleso bebidos de la misma esencia donde el mundo deja de ser tonto para alcanzar el profundo sentido de un universo inteligente.

El amar no tiene más tributo que el del amor constante nada más ocupado en tenyir de metáfora a la misma poesía y de profundidad a la tristeza y de sentido a la alegría.

Vivo enamorado, porque lo otro no es estar vivo.

Vivo cuando de mi me olvidó.

Es la coherente incoherencia de lo qué no es fingido.

Es imposible viajar pues, a donde puedes ir que no estés ya?

Amar implica aceptar a dios en toda su dimensión divina de ti en dios de ti de tu interior.

Puedes, por primera vez llamarlo así.

En ese momento te vuelves responsable de toda creación de cada instante como un profundo y devoto estado de amor en el amor qué ilumina tu rostro, como luz de pasión.

Amar a alguien es dios reflejado en dios.

Debes sentir ese éxtasis, debes sentir esa meditación. Ese tantra supremo y divino, ese arrojo, esa provocación en osadía a suspirar cada día que es respirar amor.

Amor saca amor.

...no le busques sentido, no lo tiene.

maestro zen.

No hay comentarios: